14 feb 2008


















De pronto sientes que "el pastelito que te comiste anoche te puede causar indigestión", pero no te molesta, pasan un par de semanas y la sospecha es más grande.
El laboratorio dice positivo.
La emoción es más fuerte que nunca (hasta ese momento), lágrimas, risas, abrazos, besos, gritos de alegría, angustia, felicidad, ansiedad...
Pero nada se compara al momento en que un gel frío y un aparatito sobre el vientre revelan un pequeño ser en una pantalla que tiene tus mismos cachetes y te regala una sonrisa.
Para ese momento aún no tiene nombre pero ya es cariñosamente "el champiñón".